¡¡¡Hola compañeros!!!:
Me da mucho gusto tener nuevamente la oportunidad de compartir en este blog un escrito producto de los aprendizajes de la semana 7 del módulo 2.
La experiencia obtenida por el desarrollo de semana es muy valiosa para mi formación docente, pues generalmente se preparan las clases y las actividades a partir de objetivos curriculares concretos y “pensando” cuál es la mejor manera de hacerlo, pero en el caso de los procesos de aprendizaje no es suficiente con pensar que las actividades están bien articuladas, y que son metodológicamente congruentes, además, es menester planear cuidadosamente las actividades de aprendizaje con pleno conocimiento de las características de los alumnos pues de lo contrario se corre el riesgo de que no respondan a sus necesidades y por lo tanto aunque estén “bien” planeadas no propicien los aprendizajes esperados en los alumnos.
Gran parte de los alumnos de bachillerato conciben a la Historia como una materia aburrida, sin mucho sentido para su formación profesional pues solo son una serie de datos que han venido escuchando y repitiendo desde la Primaría. En el caso particular de la materia de historia de México es importante abandonar la perspectiva historiográfica que solamente recupera la memorización de datos por una perspectiva más crítica con enfoque marxista que lleve a los alumnos a comprender como los medios de producción, la acumulación del capital e intereses de Estado matizan el desarrollo histórico de una nación y cómo es que el México que vive actualmente es producto de una serie de procesos histórico-sociales.
Para abordar los contenidos de Historia de México con esta perspectiva es necesario que se desarrolle una serie de estrategias donde el objetivo sea la comprensión de los procesos históricos teniendo como actividad central la investigación teórica y de campo, a través del uso de herramientas tecnológicas (internet, blogs, Web Quest, viajes virtuales...), visuales( periódicos, murales, monumentos, mapas, retablos …), y audiovisuales (fotografías, noticias, presentaciones en Power point,..) y vivenciales ( museos, prácticas de campo, entrevistas, visitas guiadas a ruinas arqueológicas...), gráficos, e inclusive prácticos ( elaboración de comic, boletines, dibujos, reportes, escenificaciones, elaboración de documentales ...) que permitan al alumno aproximarse a hechos distantes en el espacio y en el tiempo de manera significativa para que vincule los conocimientos que ya posee con los nuevos que va adquiriendo.
En fin la cantidad de recursos y herramientas metodológicas de las que se puede valer el docente para aproximar a los alumnos al conocimiento histórico es riquísimo, solo falta agregar la creatividad y sus competencias docentes para conducir a los alumnos a desarrollar las competencias disciplinares de esta materia que son:
* Identifica a las ciencias sociales y humanidades como construcciones en constante evolución.
*Fundamenta su intervención en las prácticas sociales, culturales, económicas y políticas de su entorno como resultado de procesos históricos.
*Analiza el dinamismo de los procesos de cambio y continuidad a partir de la interpretación de hechos históricos.
Pues bien, romper los vicios que prevalecen en la enseñanza-aprendizaje de la historia implica todo un cambio cultural, y eso es un buen reto, pero se tienen las herramientas para lograrlo así es que manos a la obra.
Atentamente: María de Lourdes Aguirre García.