“La docencia es una de las actividades humanas más complejas y gratificantes, consiste en la planeación y ejecución de acciones que posibiliten que unos enseñen y “otros” aprendan. . .”
Cuando inicie el ejercicio Confrontación con mi Docencia , retrocedí en el tiempo y revise las experiencias que he vivido en las aulas de los diferentes niveles educativos en los que he laborado " se agolparon los recuerdos y se mezclan una serie de sentimientos". . .
Inicio el relato mencionando que soy profesora normalista. Egresé de la Escuela Normal No. 25. Comencé mi labor en 1986 en una primaria en el Municipio de Nezahualcóyotl, como docente de quinto grado.
Trabajé pocos años en el nivel básico. Estudié la Licenciatura en Pedagogía en la Escuela Normal Superior de Ecatepec, estudios que me permitieron entrar a trabajar en diferentes preparatorias del Estado de México y en Educación Superior como asesora y coordinadora de la Lic. en educación media básica que se impartía la Escuela Normal de Chalco, años después ingrese a la Escuela Preparatoria No. 12, donde laboro actualmente.
A lo largo de mi trayectoria profesional he impartido clases a alumnos de de educación primaria, a jóvenes de preparatoria les impartí la asignatura de Historia de México e Historia Universal, a alumnos de Educación normal impartí las asignaturas de desarrollo del adolescente I y II, y fui asesora en cursos de Recursos Didácticos y Elaboración de material didáctico. Como verán siempre he estado vinculada con la educación. Con el transcurso del tiempo he aprovechado las oportunidades que el sistema me ofrece tomando cursos de actualización y diplomados, lo que me motivó a estudiar la Maestría en Ciencias de la Educación especialidad Investigación Educativa.
En cuanto a qué pienso y ciento de ser profesora, primero siento un gran compromiso y responsabilidad pues el trabajo cotidiano es con seres humanos, con adolescentes, quienes piensan, sienten, con un gran potencial y posibilidades de crecimiento personal y desean superarse, y que en muchas ocasiones recuperan la imagen de algún docente como modelo.
Creo que es importante hacer notar que el docente no es sólo quien transmite la información contenida en la currícula, sino, además, es quien enseña una forma de vida desde la presentación y el trato cotidiano, no olvidemos que las palabras mueven pero los ejemplos arrasan.
Con respecto a qué ha significado el ser docente, la docencia es un estilo de vida, un aprendizaje continuo, es mantenerme viva y contagiada de la energía, la vivacidad, las expectativas, los anhelos, las frustraciones de los jóvenes, así como llena de la experiencia de los docentes. No me equivoqué de profesión, aunque no puedo negar que algunas veces me siento un poco decepcionada de algunas situaciones….en fin es tanto lo que he aprendido y le debo a la docencia porque inclusive me ha enseñado a ser mejor mamá .
En forma general me gusta lo que hago e intento realizarlo de la mejor forma posible y para ello continúo con mi preparación pues considero que si soy mejor persona y profesionista, puedo obtener mejores resultados.
El ser docente del nivel Medio Superior ha implicado un gran reto pues los jóvenes se encuentran en una edad difícil y es aquí cuando los docentes debemos desplegar nuestras habilidades motivacionales, implementar metodologías atractivas y, sobre todo, escucharlos.
El proceso comunicativo es básico; en el nivel tenemos que escucharlos, aprender sus modas, costumbres y aceptarlos con sus características individuales.
Motivos de satisfacción hay muchos pues estoy en una carrera muy noble que constantemente brinda alicientes personales. Considero que tengo buena aceptación entre los jóvenes y compañeros de trabajo, es grato llegar a un lugar de trabajo en donde las personas te saludan y te muestran cierto respeto y consideración.
Cuando los jóvenes egresan y llegan a ofrecerte sus servicios como profesionistas, pero además de alguna manera reconocen tu labor o aportación en sus vidas, me produce una gran alegría porque sé que mi trabajo rindió frutos.
Con referencia a las insatisfacciones, reconozco que el tiempo hace mella y va minando el ánimo e incluso la salud. Las tensiones, el exceso de trabajo, la saturación de horas, los grupos numerosos, aunado a las actitudes de apatía por parte de algunos alumnos y docentes, en ocasiones me bajan la moral y provoca que me cuestione si realmente lo que hago vale la pena. Otro factor que influye es el trabajo administrativo que se debe llevar a cabo nos resta un tiempo valioso para enfocarnos más en la actividad docente y de atención a los alumnos, que debe ser la tarea primordial de las escuelas.
Inicio el relato mencionando que soy profesora normalista. Egresé de la Escuela Normal No. 25. Comencé mi labor en 1986 en una primaria en el Municipio de Nezahualcóyotl, como docente de quinto grado.
Trabajé pocos años en el nivel básico. Estudié la Licenciatura en Pedagogía en la Escuela Normal Superior de Ecatepec, estudios que me permitieron entrar a trabajar en diferentes preparatorias del Estado de México y en Educación Superior como asesora y coordinadora de la Lic. en educación media básica que se impartía la Escuela Normal de Chalco, años después ingrese a la Escuela Preparatoria No. 12, donde laboro actualmente.
A lo largo de mi trayectoria profesional he impartido clases a alumnos de de educación primaria, a jóvenes de preparatoria les impartí la asignatura de Historia de México e Historia Universal, a alumnos de Educación normal impartí las asignaturas de desarrollo del adolescente I y II, y fui asesora en cursos de Recursos Didácticos y Elaboración de material didáctico. Como verán siempre he estado vinculada con la educación. Con el transcurso del tiempo he aprovechado las oportunidades que el sistema me ofrece tomando cursos de actualización y diplomados, lo que me motivó a estudiar la Maestría en Ciencias de la Educación especialidad Investigación Educativa.
En cuanto a qué pienso y ciento de ser profesora, primero siento un gran compromiso y responsabilidad pues el trabajo cotidiano es con seres humanos, con adolescentes, quienes piensan, sienten, con un gran potencial y posibilidades de crecimiento personal y desean superarse, y que en muchas ocasiones recuperan la imagen de algún docente como modelo.
Creo que es importante hacer notar que el docente no es sólo quien transmite la información contenida en la currícula, sino, además, es quien enseña una forma de vida desde la presentación y el trato cotidiano, no olvidemos que las palabras mueven pero los ejemplos arrasan.
Con respecto a qué ha significado el ser docente, la docencia es un estilo de vida, un aprendizaje continuo, es mantenerme viva y contagiada de la energía, la vivacidad, las expectativas, los anhelos, las frustraciones de los jóvenes, así como llena de la experiencia de los docentes. No me equivoqué de profesión, aunque no puedo negar que algunas veces me siento un poco decepcionada de algunas situaciones….en fin es tanto lo que he aprendido y le debo a la docencia porque inclusive me ha enseñado a ser mejor mamá .
En forma general me gusta lo que hago e intento realizarlo de la mejor forma posible y para ello continúo con mi preparación pues considero que si soy mejor persona y profesionista, puedo obtener mejores resultados.
El ser docente del nivel Medio Superior ha implicado un gran reto pues los jóvenes se encuentran en una edad difícil y es aquí cuando los docentes debemos desplegar nuestras habilidades motivacionales, implementar metodologías atractivas y, sobre todo, escucharlos.
El proceso comunicativo es básico; en el nivel tenemos que escucharlos, aprender sus modas, costumbres y aceptarlos con sus características individuales.
Motivos de satisfacción hay muchos pues estoy en una carrera muy noble que constantemente brinda alicientes personales. Considero que tengo buena aceptación entre los jóvenes y compañeros de trabajo, es grato llegar a un lugar de trabajo en donde las personas te saludan y te muestran cierto respeto y consideración.
Cuando los jóvenes egresan y llegan a ofrecerte sus servicios como profesionistas, pero además de alguna manera reconocen tu labor o aportación en sus vidas, me produce una gran alegría porque sé que mi trabajo rindió frutos.
Con referencia a las insatisfacciones, reconozco que el tiempo hace mella y va minando el ánimo e incluso la salud. Las tensiones, el exceso de trabajo, la saturación de horas, los grupos numerosos, aunado a las actitudes de apatía por parte de algunos alumnos y docentes, en ocasiones me bajan la moral y provoca que me cuestione si realmente lo que hago vale la pena. Otro factor que influye es el trabajo administrativo que se debe llevar a cabo nos resta un tiempo valioso para enfocarnos más en la actividad docente y de atención a los alumnos, que debe ser la tarea primordial de las escuelas.
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